Biometría y sector público: claves de un vínculo anunciado

Biometría y sector público: claves de un vínculo anunciado

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Biometría y sector público: claves de un vínculo anunciado

Dentro del folclore popular existe la idea de que realizar un trámite en una dependencia pública es una verdadera odisea.

Desde renovar la licencia de conducir, actualizar un pasaporte o pedir la baja de un servicio, cualquier tipo de gestión supone invertir toda una mañana entre filas, revisión de papeles y una gran cantidad en tiempo de espera ya que siempre se trata de espacios muy concurridos.

Sin embargo, desde hace varios años, los gobiernos de muchos países se han comprometido a optimizar la prestación de servicios no solo para mejorar la experiencia de los ciudadanos sino también para reducir dinero en la contratación de personas y uso de insumos.

En este sentido, la tecnología cobra un lugar central ya que permite acelerar procesos, por ejemplo, permitiendo que la persona comience un trámite desde su hogar disminuyendo, así, costos operativos.

Sin embargo, la inversión en desarrollos tecnológicos viene acompaña de una serie de cambios estructurales. Uno de ellos es el de educar al usuario final, ya sea empleado o ciudadano, en el uso de esa nueva interface. El segundo punto a destacar es que esa plataforma debe ser lo suficientemente amigable y fácil de utilizar de manera que no genere malas experiencias. Por último, es clave tener en cuenta la seguridad informática de las aplicaciones.

En todas las gestiones que se llevan a cabo en organismos públicos se maneja información privada de las personas. Además, muchos de esos trámites son intransferibles, es decir, solo puede realizarlo la persona que lo solicita. Entonces no solo es necesario garantizar la protección de los datos, sino también asegurarse que la persona que lo realiza es la indicada.

Ante estos casos, la biometría es la respuesta. Diseñada para verificar la identidad de los usuarios, este tipo de tecnología asegura la veracidad de las transacciones a través del uso de rasgos físicos como rostro, iris, huella dactilar o voz.

Ya sea de forma presencial en una dependencia o de manera remota a través de un dispositivo móvil, la identificación biométrica es un aporte de valor al sector público y contribuye con su digitalización para construir vínculos más estrechos con los ciudadanos.

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